Al día siguiente me dirigí al pedrero a probar a los sargos, armé una caña con bolla y pusé de cebo gamba, la mar estaba prácticamente perfecta para las pesca del sargo, con una buena rompiente, a pesar de las condiciones favorables regrersé de vacio a casa una vez más. Con estas dos grises jornadas de pesca cierro el año 2011 con un balance negativo respecto a otros años, por lo menos en lo que se refiere a la pesca del sargo y la lubina, en cambio este año se me dio especialmente bien la pesca del chipirón (creo que el año que más pesqué de mi vida), con destacadas jornas con 35 chipirones pescados en 2 horas o menos.